En el centro del barrio de la Fuente del Berro.
Las primeras menciones del manantial de la Fuente del Berro datan de 1470, y la habilitación de la fuente se sitúa en la primera mitad del siglo XVI. En esos terrenos se construyó la Quinta de Miraflores, encargada por Felipe IV en 1631, si bien el caño principal se mantuvo fuera de las tapias de la posesión, lo que al parecer provocó algunos conflictos y pleitos.
Diferentes cronistas mencionan la fé que las familias de los Austrias españoles le tenían a esta fontana, hasta el punto de ordenar a sus aguadores que la trasportaran al Palacio del Buen Retiro, luego al nuevo Palacio Real e incluso a algunos palacios de verano, como el de Aranjuez.